Y ya es típico acercarse al centro cuando anochece,
tomar unas copas, comer unos pinchos o pintxos, como prefieras, y echarse unas risas mientras van apagando
las luces de los bares y comienzan a poner música...
Un rueda,
dos ruedas,
tres ruedas,
cuatro ruedas...
Una experiencia distinta, y por cierto, con posibilidades de repetir!
ResponderEliminar